La familia Van Kieren ya no disfruta de serlo, tras una fiesta a la que asisten a disgusto y disfrazados, una bruja los hechiza transformando a cada uno de ellos en su personaje.
Buscando a la bruja que les libre del conjuro, cada uno de los miembros de esta peculiar familia aprenderá a valorar lo que tienen y a darse cuenta donde reside la felicidad.
Tengo que decir que al igual que me pasó con, "Maldito karma, hacia la mitad del libro se me empezó hacer un poco pesado y si no fuera porque soy incapaz de dejar un libro a medias, lo hubiera abandonado, pero luego, me hizo recuperar el interés y lo terminé en una tarde.
Me ha gustado la frase "No hay que estar siempre feliz para ser feliz", me quedo con eso y con un buen rato.
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